Brilla en carnaval sin purpurina
¡En abierto! Sobre diversidad de materiales para carnavales evitando el plástico (con receta biodegradable), reflexiones del tema de los disfraces en las escuelas y un breve relato para "brillar".
Buenos días de lunes, el año pasado os compartía este valioso post centrándome en los carnavales que vienen en breve.
Después de un año y como muchas seguís dudosas sin saber si esto de substack de pago es para vosotras… os voy a abrir este post a todas… esta es solo una muestra, una semilla con más de 75 post y audios ya disponibles…
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¡Comenzamos!
Vamos a dejar las cosas claras, ese juego de “jugar a ser otro por un día”, básicamente para desinhibirnos y para permitir determinadas conductas o temas que serían tabús en otro momento, tan propio de los carnavales actuales, es una creación adulta fruto de este sistema tan nuestro de seguir con nuestra rueda de hámster de trabajo diaria con permiso de esas “pequeñas válvulas de escape” para reírnos y poder seguir.
Quizás te sorprenda esta perspectiva, sé que antropológicamente el tema de los disfraces daría para mucho y sé que los carnavales tienen unas raíces paganas mucho más profundas y cercanas a la ritualidad en muchas culturas.
Y en ese sentido, siempre me ha encantado disfrazarme, pero en lo que quiero poner el foco es en que muchos niños y niñas no están cómodos en la imposición. Tanto en la imposición de cuando tienen que disfrazarse y de qué temática se tienen que disfrazar, como en el hecho de participar en desfile o comparsas en los que ha muchos peques les da vergüenza participar (no digo a todos, pero es bastante frecuente)
Luego tendríamos el temazo de los materiales, las bolsas de basura siguen abundando allá por donde vas, sé que son económicas, pero creo que hay mejores opciones: una capa de tela te va a durar muchísimo más por poner solo un ejemplo. Lo mismo pasa con la purpurina… Al final del post para las suscriptoras te voy a dar una receta sorprendente de biopurpurina degradable en agua en unas horas, solo dos ingredientes (bueno tres para darle color), ultrafácil y se hace en 5 minutos (y no es sal).
En este post encontrarás:
Reflexiones sobre el juego imaginativo su importancia y su lugar desde la no imposición.
Uso de los disfraces en las escuelas Waldorf y en el enfoque Reggio.
Alguna idea de invitación con elementos de carnaval inspirada en Reggio.
Ideas utilizando materiales que no sean plásticos de un solo uso.
Receta de biopurpurina con dos ingredientes con vídeo.
Cuento final con moraleja para leer a los niños en estos días.
Si los niños tienen a mano, principalmente textiles y complementos sencillos y versátiles para poder utilizarlo en su juego libre esta necesidad de “disfrazarse” estará cubierta. De esto saben mucho en las escuelas Waldorf…
… sus capas, largos pañuelos de seda, coronas y espadas, muchas veces creados de manera artesanal. En estas escuelas el juego imaginativo es la clave para el pensamiento creativo en el futuro.
Este juego del disfraz sí que es importante. Pero lo irán integrando paulatinamente, primero con el juego simbólico a través de objetos que son otras cosas, muchas veces relacionadas con situaciones y profesiones cotidianas, para ir desarrollando poco a poco un juego de roles cada vez más complejo donde las historias con personajes muchas veces arquetípicos irán cobrando protagonismo. Todo tiene su momento.
De nuevo, todo gira en torno a la invitación y no imposición. Si os apetece realizar una pequeña provocación con este tema porque sentís que os apetece celebrarlo, os invito a llevarlo a cabo con un par de ideas muy sencillas inspiradas en las escuelas del enfoque Reggio (luego os hago un apunte).
Puedes situar en una mesa (o varias si es un grupo grande), unos espejos de seguridad (en la foto son láminas adhesivas de espejo sobre un cartón). También puede funcionar bien una manta térmica plateada sobre el suelo si es un espacio grande, coloca encima elementos asociados al carnaval típicos de tu zona, o complementos sencillos y versátiles. Yo siempre recomiendo que incluyas lo que tengas en el entorno: antifaces de cartón, collares que tengas de bisutería, algunos instrumentos sencillos, pañuelos de seda translúcidos…. En principio no haría falta nada más, pero podéis incluir imágenes de carnaval en la presentación para “provocar” a disfrazarse.
¿Te gusta la mesa de luz?, incluye un pequeño rincón con confeti casero, rasgando papeles de seda o pinocho. Incluso te animo a que dejes algunos trozos más grandes junto a los trozos pequeños, para que sean los mismos niños los que se animen a rasgar. Añade vasitos y otros elementos de trasvase. También puedes incluir en una bandeja encima de la mesa de luz, una buena cantidad de la biopurpurina que te propongo un poco más adelante.
Y aquí, hago un inciso respecto a esto de “inspirarnos en un enfoque o pedagogía”. Aunque esta propuesta sigue algunos principios reggianos y estoy segura de que triunfa…todo cobra sentido dentro de la visión de proyecto, porque esto que te propongo (sin estar mal) es algo aislado. En un artículo sobre una escuela reggiana en Suecia, leí lo siguiente sobre un proyecto sobre tiburones:
Hemos estado dibujando tiburones y nadando entre nuestros dibujos de los tiburones pintados. Hemos sido disfraz de tiburón cosido. Hemos estado mirando libros de hechos (sobre tiburones). Hemos estado explorando el agua en el tablero de luz. Los niños han ido entre actividades y encontraron sus intereses en las habitaciones en las que quieren estar.
Los adultos se incluyen en el juego de los niños asumiendo roles de juego, disfrazándose y entrando en personajes.
Al hacerlo, se les exige que abandonen parcialmente su papel de docentes y se unan a los niños en el papel de compañero actor. En segundo lugar, tanto los niños como los adultos coconstruyen el entorno en el que se desarrolla el juego. Los niños no juegan en un entorno que ha sido diseñado para ellos solo por adultos.
Esta es la clave, la interacción de los niños con el entorno para hacerles partícipes y dentro de un proyecto activo del que forman parte.
Respecto a los materiales, sabes que me encanta reciclar, hace un par de año hicimos un taller con máscaras con hueveras, las ideas que surgieron fueron absolutamente maravillosas como podéis ver en el vídeo.
Para este año, he hecho láminas flexibles de bioplástico de gelatina para recortar antifaces. Y si me da tiempo lo compartiré en redes, porque vamos un poco a destiempo…
Y ahora os cuento dos ideas para “brillar” como os contaba al principio de este post.
La primera y más sencilla, si quieres hacer brillar un papel solo necesitas colorear sal en una bolsita con unas gotitas de colorante alimentario, frotas el colorante en la bolsa para que se mezcle bien y después lo dejas secar extendido en una bandeja al aire uno o dos días ¡listo para usar!
Y si quieres crear una purpurina biodegradable más vistosa, solo tienes que usar dos cucharadas de harina de maiz por una taza de agua. Realizar los pasos del vídeo que te lleva 5 minutos, dejarlo secar varios días hasta que esté duro y lo puedas romper con las manos y triturarlo con molinillo de café eléctrico, mortero o batidora. El resultado es más iridisado que metalizado, pero se asemeja más a la purpurina comercial que la sal. A mí me quedó más tipo escama que polvo fino, pero dependerá de la potencia del aparato que utilices para triturar y moler.
Podéis ver el vídeo aquí:
Podéis integrar perfectamente esta purpurina en tu provocación, añadiendo unas pinturas de cara de calidad para que se pinten libremente y luego puedan ponerse esta purpurina, se quita muy fácilmente con agua y jabón (incluso solo con agua).
Y ahora… un pequeño relato para brillar y contar estos días, en el que además podéis integrar la purpurina que habéis creado:
Había una vez una pequeña mariposa llamada Marisol que vivía en un bosque. Marisol era una mariposa muy especial, ya que tenía unas alas de colores brillantes que la hacían destacar entre las demás mariposas.
Un día, se acercaba el carnaval y Marisol estaba muy emocionada. Quería encontrar un disfraz que la hiciera lucir aún más especial.
Marisol fue a la tienda de disfraces y se encontró con un montón de disfraces maravillosos. Había disfraces de princesas, de superhéroes, de animales y de todo tipo de personajes.
Marisol se probó muchos disfraces, pero ninguno le parecía perfecto. Todos le hacían sentirse un poco disfrazada, como si no fuera ella misma.
Al final, Marisol decidió no disfrazarse. Decidió que quería brillar siendo ella misma.
El día de carnaval, Marisol se levantó temprano y se preparó con mucho cuidado. Se puso su vestido favorito y se peinó el pelo con sus flores preferidas.
Cuando Marisol llegó a la fiesta de carnaval, todos la miraron con asombro. Sus alas de colores eran tan brillantes que nadie podía dejar de mirarlas.
Marisol bailó y se divirtió toda la noche. Se sentía feliz de ser ella misma y de brillar con su propia luz. Bailó con tanta fuerza que algunas de sus pequeñas brillantes escamas de las alas fueron posándose sobre todos los invitados. Y así todos comenzarón a brillar.
Resumiento. Dos llamamientos:
No imposición en los disfraces.
Repensar los materiales.
Espero que os haya gustado, cualquier duda estaré encantada de responderla.
P.D: Durante esta semana, en el post para las que estáis dentro… tendréis un nuevo post relacionado con los carnavales, su origen precristiano y una nueva recetas para hacer máscaras de carnaval de bioplástico y elementos naturales, os van a encantar.